Sesos

miércoles, 22 de mayo de 2013

Esta noche
voy a pegarme un tiro en la cabeza
voy a mirarte por última vez
y a evocar lo excelso
temblar un poco
y jalar el gatillo.

Antes de la denotación
entonaré una copla
y oirás 
mi áspera armonía
de las guerras perdidas
y mis sienes se esparcirán por las paredes.

Te quedarás suspendida
y con sangre en los zapatos
preguntándote quien realmente
jaló el gatillo
tú o yo.

Da igual, de todos modos
hoy
esta noche
voy a pegarme un tiro en la cabeza.


David Alcántara
Publicado en: tres mujeres

Mi amada

Mi amada es una poesía libre,
simple, sensual y despreocupada criatura
que no utiliza licencia métrica
para decir que es poesía.
Ninfa de la palabra,
eres más que la A

I
O
U
o todos los consonantes
que te nombran
como bella, glamurosa,
incomprendida.
Mi amada es la poesía que no utiliza vestido,
anda desnuda , es impúdica
y se pasea por los arboles de los monos
sin llevar aretes, brazaletes ni collares.
Mi amada es lo que yo quiero
y ella quiere de mí.
Mi amada es mi voz
y mi sueño dominante
para acariciarle
con la punta de mis dedos
y darle forma
sobre la hoja y la sábana blanca.


Frank Torres

Nada de botar

Bota el cigarrillo
el cenicero
los libros y cartas
pero no botes el trago
bota a tu novia, si deseas
pero no esa bocanada
oye mi súplica
no botes el último sorbo
puedes botar el hambre
las tripas
los intestinos
los testículos
el dolor
la nostalgia
la alegría
pero no botes la cerveza
el ron
el pisco
el whisky
el vodka
no botes el trago
no te conviertas en mi enemigo
mantente fino pero bien ebrio

David Alcántara
Publicado en: tres mujeres

Quería ser escritor

Quería ser escritor y escribirle cuanto pudiese,
llenar su alma de líneas y versos que enloquecen,
quería verla sonreír y lograr que me bese
detrás de los días que lentos envejecen.

La había traído a mi alcoba tantas noches,
y la había perdido en el alba sin reproches,
como si bailara entre mis palmas
y al final la ahogara entre otras almas.

Quería reemplazarla por las rosas,
y dejar que su cuerpo florezca en la memoria,
quería no cambiarla por otras cosas,
pero tristemente no había victoria.

Solo quería ser aquel. Quería ser escritor,
pero ella entre las líneas se perdía,
y sin el más mínimo pudor
yo de a pocos la evadía.

Nunca pude dibujarla,
porque nunca pude extrañarla,
y aunque siempre quise olvidarla,
lo cierto es que jamás intente recordarla.

Siempre quise ser escritor,
y dejar mi alma en pequeñas hojas sin rincón,
pero sigo en el viejo balcón
esperando a ver si escribo algo con amor.

Roberto Ávila

Titiritero

sábado, 27 de octubre de 2012

Soy mortal,
pero acudí a la inmortalidad de mis creencias,
para darle vida a mis antojos, y pulir el viejo cedro del jardín.

Asesine su verdad,
lo convertí en la marioneta de mis deseos,
se volvió el instrumento de mi ego,
una proyección de mi ser.

Pulí tanto sus extremidades,
que volteó los ojos hasta su prisa,
gaste los hilos que lo sostenían,
cayó hasta donde sus pupilas lo llevaron.

La madera se volvió hierro,
aquel metal oxidó sus entrañas,
se carcomió bajo lluvias,
y su verdad se perdió en la agonía.

Volvió y ya no era más un tronco de cedro,
tampoco llevaba la coraza de hierro,
se había vuelto tan humano,
que su sangre era de rubí.

Sigo siendo mortal,
ahora yo volteo hasta mi prisa,
murió la inmortalidad de mis creencias,
y olvide a mi pobre marioneta.

Roberto Ávila

Voz, tu voz

Tu voz, hoy, solo eso, nada más,
mientras parpadeo, mientras camino,
mientras voy chiflando bajito por la avenida,
mientras escribo y cuando no, también.

Tu voz, al menos una vocal, nada más,
cuando tiemblo en silencio, cuando tartamudeo,
cuando duermo y cuando no,
cuando voy saliendo, cuando no te hallo.

Tu voz, solo una estrofa, nada más,
al pasar por tu vereda, al caer en tu jardín,
al perderme en la ciudad voluntariamente,
al caer despacio en la soledad.

Tu voz, solo eso requiero, nada más,
para saber que solo hay sentido para ti,
para olvidar el silencio de mi pared,
para recordar lo más sublime de mi vida.

David Alcántara

 
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